martes, 5 de agosto de 2014

Megaminería (1ra. parte)


La Megaminería en Sudamérica

Dependencia y dominio geopolítico de los recursos, otra forma del intervencionismo norteamericano y europeo en la región



Durante los últimos 30 años se instaló en los países latinoamericanos un nuevo tipo de actividad minera: la Minería a Cielo Abierto, también conocida como Megaminería. Esto último no sólo refiere a lo cuantitativo de las explotaciones -muchas formas de minería requieren grandes instalaciones e infraestructuras-, sino también a lo cualitativo; ya que este tipo de explotación requiere mucho capital, mano de obra altamente calificada  y aplica tecnología de punta.

El agotamiento de los yacimientos explotados por métodos tradicionales y el aumento de los precios internacionales de los minerales metalíferos -en especial el oro y la plata- han hecho redituable este tipo de minería. 

Sólo gigantes trasnacionales tienen el capital, el personal y la tecnología necesarios para llevar a cabo la Minería a Cielo Abierto. Los gobiernos latinoamericanos en consecuencia, han tomado todo tipo de medidas para no sólo atraer las inversiones, sino para garantizarles importantes márgenes de ganancia, y construirles un marco legal que facilitara la instalación de los emprendimientos y su ejecución. 


Los gobiernos de las diferentes naciones, más allá de los cambios políticos dentro de cada país, han mantenido esta estrategia económica que, a partir de los 90, se ha profundizado cuando coincidieron presidentes que aplicaron fuertes reformas neoliberales en la región, superando incluso conflictos fronterizos para permitir la instalación de complejos binacionales.

Paralelamente, también a partir de los 90, se produjeron movimientos sociales que se opusieron a la Megaminería a consecuencia de -allí donde ya se habían instalado- y para evitar -en los lugares donde se proyectaron nuevos emprendimientos- el daño sobre el medioambiente que produce este nuevo tipo de industria extractiva.

Los gobiernos latinoamericanos  respondieron al reclamo ambientalista en algunos casos, sobre todo ante las presiones de organizaciones ecologistas con mucho poder mediático, sancionando legislaciones de protección ambiental que pronto se mostraron limitadas, o directamente no se aplican; pero en otros casos se reprimió a través de los aparatos coercitivos del estado en connivencia con las empresas de seguridad de las mineras.

En este trabajo se dejará de lado las controversias medioambientales porque ha sido un campo muy trabajado y porque además se considera absolutamente comprobado que la Megaminería produce un profundo daño ecológico y social. Lo mismo que la cuestión de los movimientos sociales y ambientales de resistencia a la Minería a Cielo Abierto, que también han sido profundamente estudiados (Conacami 2005, Abdala Bertrand 2006,  Svampa/Antonelli 2009, Rodríguez Pardo 2009, Colectivo Voces de Alerta 2011). 

En tal sentido, se eligió analizar la Megaminería a través de dos ejes:  
- el extractivismo como modelo de actividad propia de una forma de capitalismo atrasado, deformado y dependiente; y
- la actividad del capital monopólico norteamericano no sólo como herramienta de dominación económica, sino como método de subordinación geopolítica, cultural y social.

En el contexto actual en Sudamérica hay gobiernos que tienen un discurso político progresista y nacionalista, y con medidas económicas no heterodoxas e incluso desarrollistas -que algunos autores se animan a llamar “neopupulistas”- en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina; en paralelo a regímenes políticos que son marcadamente conservadores y aplican medidas económicas estrictamente neoliberales en Colombia, Perú y Chile; al tiempo que en Brasil se da una combinación de ambas tendencias, además de una clara intención de liderar a las otras naciones del subcontinente política y económicamente. 

Pero la Megaminería no conoce de fronteras ni de diferencias de régimen. Los gobiernos sudamericanos más conservadores o más “populares y nacionales” coinciden en la importancia de atraer estas inversiones por el derrame de beneficios que producen en la región -desarrollo económico con generación genuina de miles de puestos de trabajo, directos e indirectos; un círculo virtuoso de inversiones en regiones donde no habría otras posibilidades de desarrollos alternativos rentables; la recaudación impositiva o de regalías en un contexto de aumento de precios de los commodities; y la certeza de que al instalarse empresas reconocidas a nivel mundial se garantizan los mayores estándares tecnológicos, de cuidado del ambiente y de responsabilidad social empresarial, con los mejores niveles de eficiencia, transparencia y sustentabilidad de los proyectos-.

¿Qué es la Megaminería?

La Megaminería nace como consecuencia del agotamiento de los reservorios de minerales metalíferos de cierta magnitud, que hace inviable el desarrollo de la minería tradicional (con túneles o socavones). Los minerales se encuentran actualmente diseminados en partículas, formando yacimientos que abarcan kilómetros de extensión y profundidad. A esto se debe el tamaño “Mega” de la nueva minería: para separar las partículas de mineral de la roca estéril se necesitan mecanismos que requieren mucho capital y tecnología.

Mediante la utilización de explosivos (generalmente ANFO: nitrato de amonio + fueloil) se producen voladuras de montañas enteras para remover la tierra. Se forma el tajo abierto, u open pite, que le da nombre a este tipo de explotación: Minería a Cielo Abierto. El tajo abierto es una megacantera de kilómetros de ancho, por donde circulan camiones gigantes por los escalones o terrazas que se forman con las voladuras. Esos camiones llevan el material a trituradoras gigantes que lo convierten en casi polvo, y de ahí lo pasan a los tanques de relaves o diques de cola, donde es licuado con agua y una sopa química que mediante un proceso llamado lixiviación el mineral se separa de la roca estéril. Los reactivos que permiten el “milagro” son el cianuro, el ácido sulfúrico, el mercurio, etc.

Una mina promedio llega a remover 300 toneladas diarias de materiales, empleando hasta 100 toneladas de explosivos, más de 100 mil litros de combustible, decenas de toneladas de estos químicos altamente tóxicos, más de 1 millón de Kw/h de electricidad por día, y mil litros de agua por segundo.

Aparte del brutal consumo de energía y recursos, la contaminación que produce y los accidentes que pueden ocurrir durante la actividad extractiva (destrucción del paisaje y de los ecosistemas; desvío de ríos, agotamientos de acuíferos y pulverizaciones de glaciares; filtraciones o fugas de materiales tóxicos: polvo en dispersión que puede contener partículas de arsénico, metales pesados o incluso radiactivos de origen natural), es igualmente brutal el pasivo ambiental que dejan este tipo de minas: kilométricas escombreras de material descartado (más del 95% de los que se remueve, se tira); un tajo abierto de miles de metros de ancho por cientos de metros de profundidad, y los temibles diques de cola con su sopa química esperando filtrarse o que un terremoto los colapse (Rodríguez Pardo 2009 : 7-9; Colectivo Voces de Alerta 2011 : 16-18).


FUENTE DE LA IMAGEN: http://www.taringa.net/posts/noticias/13807704.R/Famatina_-manifestantes-piden-la-renuncia-de-Beder-Herrera.html

© carlitosber.blogspot.com.ar, Agosto 5 MMXIV
Permitidos su copia, plagio o reproducción sin citar la fuente
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FUENTES:

BONASSO, Miguel. El Mal. El modelo K y la Barrick Gold. Amos y servidores en el saqueo de la Argentina. Buenos Aires. Planeta. 2011. 
CEDLA. Datos e imágenes. Riesgos irreversibles. ¿Qué es la minería a cielo abierto? Alerta Laboral, año 7, nro. 48, fecha 2007. En, http://sala.clacso.edu.ar
COLECTIVO VOCES DE ALERTA. 15 mitos y realidades de la minería trasnacional en la Argentina. Guía para desmontar el imaginario prominero. Buenos Aires. El Colectivo. 2011.
CONACAMI. Coordinadora Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería, pide reglamentar el proceso de consulta para el desarrollo de la actividad minera en territorio comunal. Entrega al Congreso propuesta de ley como alternativa de solución a los conflictos mineros, OSAL, Observatorio Social de América Latina, año VI, no. 17, Documentos, fecha: 2005 En, http://sala.clacso.edu.ar
PUCCIARELLI, Alfredo. El capitalismo agrario pampeano 1880-1930. Buenos Aires. Hyspamerica. 1986.
-------------------------- (coordinador). Los años de Menem. La construcción del orden neoliberal. Buenos Aires. Siglo XXI. 2011.
RODRIGUEZ PARDO, Javier. Vienen por el oro. Vienen por todo. Las invasiones mineras 500 años después. Buenos Aires. Ciccus. 2009.
SVAMPA, Maristella y ANTONELLI, Mirta (editoras). Minería transnacional, narrativas del desarrollo y resistencias sociales. Buenos Aires. Biblos. 2009.
En internet:
www.noalamina.org
www.agenciacta.org.ar
www.biodiversidala.org
merlodespierta.blogspot.org
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http://www.lanacion.com.ar/1146895-renuncias-en-economia-por-un-convenio-con-la-minera-barrick
http://www.lanacion.com.ar/1284516-silencio-ante-el-convenio-con-barrick
http://www.lanacion.com.ar/1395325-para-operar-una-mina-de-oro-barrick-necesita-una-reforma-impositiva
http://www.lanacion.com.ar/1415822-el-nuevo-colonialismo
http://www.lanacion.com.ar/1123333-se-firmo-un-acuerdo-tributario-para-avanzar-con-pascua-lama
http://www.lanacion.com.ar/1125633-ponen-en-marcha-la-mina-pascua-lama
http://www.lanacion.com.ar/1375495-chile-teme-que-se-retrase-pascua-lama
http://www.clarin.com/politica/mineria-sinonimo-alto-riesgo_0_355164638.html
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http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-169709-2011-06-08.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-162929-2011-02-23.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-156905-2010-11-15.html

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