sábado, 16 de marzo de 2013

Semana 11

Todos los cañones apuntan a La Plata

El ex motonauta "Todo Positivo, Siempre Para Adelante" tiene los días contados en el embrujado Sillón de Rocha. El Ladriprogresismo de Estado, que es su propio partido, pero que, de repente, ha decidido descartarlo. Y para ello los Nac&Pop no dudan en lanzarle sobre la cabeza todos los recursos del monstruo, transformado en mero instrumento bobo de un partido de gobierno. Porque en una democracia plebiscitaria y meramente formal, Estado y partido de gobierno se mezclan.

Cuando se atenúen los ecos de la conmovedora consagración de Francisco, la Argentina política podrá regresar, colectivamente, hacia la intrascendencia habitual que la caracteriza. Signada por la brevedad del horizonte. Por la carencia de interés, de escrúpulos, relevancia y alternativas.

El pecado imperdonable del ex motonauta consistió en la trasgresión de deslizar que, si La Jefa no puede ser reelegida (lo que sería un acto de barbarie), le gustaría anotarse. Profanación, excomunión, y una barra de chupamedias oportunistas que sacan número para pegarle y hacer méritos para La Rosada. 

La combinación simultánea de lealtad incondicional y sistemática diferencia, con la relativa inocencia de sus fotografías expresivas, con sus apariciones con frases "moderadas" en los medios de la Cadena nacional Ilegal del Desánimo, con su defensa del papa Francisco casi en soledad, con sus partidos de fútbol con todas las figuritas del álbum que a La Jefa le ponen los pelos de punta; simplemente los saca, los pone fuera de quicio. Y más aún cuando ven que su imagen pública crecer a la misma velocidad que la popularidad de La Jefa va en sentido contrario. 

Ante el fracaso rutilante del Calabró al revés, que ha pasado a la fría Siberia de la universidad nacional de la que es rector -caído en desgracia con los patriotas presupuestarios de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora-, los Nac&Pop han decidido llevarlo puesto al goberna "Todo Positivo, Siempre Para Adelante" con toda la fuerza del Estado Nacional, el partido de gobierno y el aparato oficial y para-oficial de medios. 

La punta de lanza es el conflicto docente causado por la penuria de recursos a la que el gobierno somete a los gobernadores díscolos, aprovechando el injusto sistema de coparticipación nacional y reparto de los recursos necesarios para financiar a las insustentables provincias: algunas naturalmente pobres y dependientes del Estado Central. 

En el caso de Buenos Aires, que naturalmente podría funcionar como un país (produce casi el 40% de la riqueza nacional), cede un montón de coparticipación (el Estado central sólo le devuelve 16%). El único goberna radical de la provincia firmó esa aberración en la década del 80. El problema es que ahora se necesitaría una nueva ley de coparticipación con mayoría agravada del Congreso (3/3 de cada cámara) y aprobación unánime de cada legislatura provincial; simplemente imposible. 

Cuando el Cabezón de Banfield aceptó bajarse de suple de presidente de la nación porque el Riojano Más Famoso le dio el Fondo del Conurbano (600 millones de razones, en esa época convertibles 1 a 1 a rúcula, por año extra). Lo que le permitió gestionar la provincia imposible, por 10 años y estar cerca de romper el embrujo del Sillón de Rocha por la vía legal (aunque después pudo hacer "el gran salto" volteándose al gobierno del Inimputable Fernandito y su Alianza Anti-Turco). 

El Ex Motonauta no tiene plata para pagar los aumentos que le están pidiendo los docentes y todos los trabajadores provinciales. El año pasado el Estado Central le pasó 10% menos de lo que debería (sumando que el Fondo del Conurbano sigue clavado en 600 millones de pesos devaluados): la inflación superó el 25% y los trabajadores públicos no pueden aceptar menos del 20%, con una inflación que no se detiene. 

A esto se sumó una ola inusual de asesinatos y puebladas descontroladas (no casualmente en municipios gobernados  radicales o peronistas no Nac&Pop). El problema de la inseguridad en una provincia que es una fábrica de pobre y excluidos, y de delincuentes; con un ejército policial fuera de control; y con una aglomeración humana de las más grandes del mundo. 

Pero el Ladriprogresismo de estado está dispuesto a capitalizar los días de paro docente y la inseguridad de la provincia, acompañado por una brutal campaña de cominicagación en contra del aliado, que no se niega a irse a pesar de que ya le sellaron el pasaporte. Aunque hay que ser cautos, los peronistas en el fondo son así: nacionalizan sus internas para dejar sin alternativas a la raquítica política vernácula. Pero cuando algún opo logra ganar, se unen todos para voltearlo.

Con todo esto no hacemos una defensa del impresentable del Ex Motonauta, porque lo que esta en escena es puro folklore peronista. Por un lado el eterno problema de la cría; o sea, la incapacidad de poder tener un heredero (lo que algunos sectores del ala "progre" intelectualosa del Ladriprogresismo titulo, "crear un Maduro"). Todas las experiencias peronistas terminaron con su derrumbe definitivo (y ésta, hasta ahora, no quiere ser la excepción). y si no aceptan una sucesión dentro del propio partido, mucho menos una alternancia (por eso la preocupación por la re-re). Pero por otro lado, está que el peronismo convertido en partido de gobierno y de Estado, se convierte en su única alternativa sustentable y con capacidad de gobierno. Como cuando gobernaba el Riojano Más Famoso fueron surgiendo El Peñaloza Posmoderno (el papá del frepasismo, cuya deformación, el frepasismo tardío, es un componente importante del ala "progre" del Ladriprogresismo); El Mendocino Indeciso (que se alió con El Peñaloza Posmoderno en el 95, pero después volvió al Riojanismo, y después se fue otra vez; y pulverizó todo su capital político); y obviamente el Cabezón de Banfield. El Ladriprogresismo creó sus opos internos: El Ex Motonauta y El Gallego Cordobez. Prometen seguir con el "modelo" pero sin corrupción ni autoritarismo (como en los 90 nos prometían mantener la convertibilidad sin la corrupción y el autoritarismo), o proponen una vuelta al primer tramo del "modelo", antes de su desviación (otro mito sempiterno del peronismo: "el primer gobierno", "el primer riojanismo", "el primer ladriprogresismo, etc). Por eso la necesidad, en momentos de crisis, de transformar las elecciones nacionales en internas peronistas (tendencia que se viene sosteniendo desde 2003, en cada turno eleccionario). 

Es lo que está en juego en la dura embestida que el Gobierno Nacional con la que se quiere llevar puesto al ex Motonauta "Todo Positivo, Siempre Para Adelante": la imposibilidad de admitir la alternancia en el poder, porque el poder no se comparte con nadie (ni con los socios, ni con las aliados), y la construcción de un escenario donde no existe ninguna alternativa por fuera del peronismo.



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