miércoles, 11 de mayo de 2016

Ciencia Maldita

Hoy en Ciencia Maldita 2016.05.11:




Los 7 peligros que pueden causar una catástrofe de alcance global

Los cambios climáticos, las guerra nucleares y pandemias naturales son algunos de las cuestiones que consideró la Fundación de Retos Globales en su último informe.


Los 25 millones de personas murieron entre los años 541 y 542 como consecuencia de la Plaga de Justiniano, una enfermedad que afectó al Imperio Bizantino, así como a diversas partes de Europa, Asia y África.

Unos 900 años más tarde, alrededor de 50 millones de personas perdieron la vida por causa de la llamada peste negra. Esta pandemia se extendió por Europa entre 1347 y 1351 y causó una mortandad mayor que cualquier guerra o epidemia conocida hasta la época afectando también China, parte de Medio Oriente y del Norte de África.

Ambos eventos provocaron la muerte de más de 10% de la población mundial de entonces, por lo que entrarían en la categoría de catástrofe global, según la definición utilizada por la Fundación de Retos Globales (GCF, por sus siglas en inglés).

Esta organización, con sede en Estocolmo, se dedica al análisis de las grandes amenazas mundiales.Ahora, en su informe sobre Riesgos Catastróficos Globales 2016, la GCF destaca que pese a que ningún evento en el siglo XX logró llegar a esa categoría, el riesgo de que una calamidad de este tipo se produzca no debe ser menospreciada.

"Es fácil dejarse confundir por las aparentemente bajas probabilidades de que ocurran eventos catastróficos", apuntan para luego alertar que "las pequeñas probabilidades se combinan significativamente en el largo plazo".

El informe de la GCF hace un análisis de los 7 principales riesgos de una catástrofe global:


Cambio climático


El reporte sobre las amenazas de catástrofes globales aborda el tema del cambio climático y señala que "es imposible saber con exactitud cuál es el nivel de calentamiento de la atmósfera que puede derivar en una catástrofe global".

Sin embargo, citando al Panel Internacional sobre el Cambio Climático, señala: "Los riesgos del cambio climático oscilan entre alto y muy alto con un incremento de la temperatura media de 4ºC por encima de los niveles de la era preindustrial".

En el texto se asegura que, entre las consecuencias esperadas del aumento de la temperatura, se incluye el impacto severo sobre sistemas únicos o amenazados, la extinción sustancial de especies, y amenazas a la seguridad alimentaria. Advierte que lo que puede parecer como un riesgo bajo en el corto plazo no lo es tanto en el largo.

"El informe Stern sobre los impactos económicos del cambio climático sugiere que cada año hay un 0,1% de probabilidad de que la humanidad se extinga. Esto implica una probabilidad de extinción de la humanidad de 9,5%, durante los próximos 100 años", indica.


Guerra nuclear

Durante la crisis de los misiles en 1962, Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron al borde de una guerra nuclear por el despliegue de misiles soviéticos en Cuba.

Hablando de ese episodio, el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy, señaló que estimaba que las probabilidades de haber llegado a la guerra atómica eran una de tres.

El informe del GCF señala que un conflicto de este tipo generaría dos tipos de daño:

  • El causado directamente por las explosiones, el fuego y la radiación.
  • El llamado invierno nuclear, derivado del humo que llenaría la atmósfera como consecuencia del incendio de ciudades, fábricas y materiales inflamables.

El texto cita un informe del gobierno de Estados Unidos de 1979 en el que se estimaba que en un conflicto nuclear entre las dos superpotencias de la Guerra Fría habría fallecido entre 35% y 77% de la población estadounidense; y entre 20% y 40% de la población soviética durante los primeros 30 días de enfrentamientos.

En la actualidad, la GCF considera que los efectos serían menores por cuanto el arsenal nuclear actual en manos de Washington y Moscú es una quinta parte de lo que llegó a ser en su punto máximo en 1986. Sin embargo, el informe advierte que, por improbable que parezcan, los riesgos de una guerra nuclear son demasiado altos como para ser obviados.


Una pandemia natural

En los últimos 300 años se han registrado unas 10 pandemias de influenza en el mundo y ninguna ha causado la muerte de más de 5% de la población mundial.

Según el reporte de la GCF, las facilidades para que este tipo de enfermedades se distribuyan por el planeta han crecido por efecto de la globalización y del consiguiente incremento de la interacción entre los humanos y los animales.

Sin embargo, las mejoras en las prácticas sanitarias y de salud disminuyen su impacto. El informe señala que, según estimaciones de las autoridades británicas, hay una probabilidad que oscila entre 1 de 20 y 1 de 2 de que se produzca en los próximos cinco años una pandemia que mate a 1% de la población de Reino Unido.

Las probabilidades de que se produzca una pandemia catastrófica que tenga efectos globales, sin embargo, son menores. Una encuesta entre expertos señala que hay 15% de probabilidades de que ocurra una pandemia de H5N1, conocida como gripe aviar, en los próximos tres años.



Supervolcanes

Algunos expertos consideran que la erupción del volcán Toba en Indonesia, hace unos 70.000 años, puso a la humanidad al borde de la extinción.

Toba es considerado como un "supervolcán", por ser capaz de producir una gran cantidad de material fragmentado. Se cree que el gran volumen de polvo y sulfatos arrojados a la atmósfera causó un enfriamiento de las temperaturas globales de entre 3ºC y 5ºC que duró varios años y derivó en una pérdida considerable de vida animal y vegetal.

El informe de la GCF señala que algunos expertos estiman que el efecto de la erupción de Toba redujo la población humana de unas 100.000 a unas 4.000 personas. El texto cita un informe de la Sociedad Geológica de Londres, según el cual, basta con una capa de cenizas de un centímetro de espesor para acabar con la producción agrícola de un lugar. No obstante, indica que es muy difícil hacer estimaciones sobre la posible erupción de un supervolcán, aunque de acuerdo con algunas estimaciones se producen en promedio una vez cada 30.000 a 50.000 años.


 Asteroides y cometas


Los científicos creen que hace unos 66 millones de años un asteroide de unos 10 kilómetros de diámetro cayó sobre una parte del territorio de México, en un lugar llamado Chicxulub, causando una masiva extinción de vida sobre la tierra y poniendo fin a la era de los dinosaurios.

Según el informe del GCF, el impacto de un asteroide o de un cometa con un diámetro superior a 1,5 kilómetros podría matar a millones de personas. En gran medida, debido al enfriamiento de las temperaturas que causaría y a los daños sobre la agricultura.

El texto cita una investigación de 2015 que estima que la probabilidad de que durante los próximos 100 años un asteroide choque con la tierra y tenga un efecto global significativo es de aproximadamente 1 entre 1.250.

Conscientes de este peligro, la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) dispone de un sistema de vigilancia que ya tiene ubicado a más del 90% de los asteroides con un diámetro superior a un kilómetro.


Virus de laboratorio

En el año 2001, un grupo de investigadores en Australia que quería crear una vacuna anticonceptiva para los ratones, que sirviera para control de plagas, terminó creando un virus de laboratorio que mataba a cada una de sus víctimas al despojarlas de parte de su sistema inmunológico.

Este descubrimiento accidental recordó a la comunidad científica los riesgos de que los avances de la ciencia pudieran terminar siendo usados para fines destructivos.

"Existe una posibilidad real de que un peligroso patógeno de laboratorio podría ser liberado por accidente", señala en informe de la GCF, que recuerda las versiones según las cuales la cepa del virus H1N1, responsable de un número importante de enfermos y muertos entre 1977 y 2009, era el producto de un accidente de laboratorio.

El texto indica que hasta 2012 había al menos 42 laboratorios dedicados a la investigación con patógenos con potencial para causar pandemias. "En el largo plazo, si la biotecnología madura lo suficiente y la síntesis genética no es bien regulada, va a ser cada vez más fácil para los estados y los grupos pequeños sintetizar y modificar patógenos peligrosos. Esto genera un riesgo grave de una catástrofe global", advierten.


Inteligencia artificial

Aunque parezca un tema de ciencia ficción, la posibilidad de que el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) que tengan efectos negativos está incluido en la lista de riesgos con potencial para causar catástrofes globales.

El informe de la GCF se hace eco de previsiones de expertos acerca de cuándo se producirá un sistema que sea capaz de realizar sus tareas tan bien como un humano, lo que -según los expertos consultados- tiene 50% de probabilidades de ocurrir para el año 2050.

Una vez que eso ocurra, los expertos creen que hay 5% de probabilidades de desarrollar un súper sistema de IA en los dos años siguientes y de 50% en los 30 años posteriores. "Asumiendo que logre desarrollarse un sistema de inteligencia artificial que se equipare a los humanos, su impacto social a largo plazo es desconocido", señala el texto.

"Según la opinión promedio de los expertos consultados, hay en torno a 7% de probabilidades de que sería 'extremadamente malo'". Sin embargo, "la enorme incertidumbre que envuelve estas estimaciones debe ser destacada", indica.


Volver al Futuro, cada vez más real: un francés voló 2 km sobre una "aerotabla"

A su manera, Franky Zapata hizo realidad la predicción de la segunda entrega de la saga ochentosa. En la película, su protagonista viaja en una patineta que avanza sin tocar el suelo. 


Un francés de tiene 37 que es especialista en motos de agua, recorrió 2.252 metros entre su punto de despegue y el de vuelta al suelo. De este modo, informa Guinness, superó por mucho la anterior mejor marca en la especialidad, de 275,9 metros, lograda por el inventor canadiense Catalin Alexandru Duru.

Zapata avanzó por el aire acompañado por una flota de lanchas y motos de agua. Su "aerotabla", llamada Flyboard Air, fue desarrollada por su propia firma, Zapata Racing. Asegura que su tabla puede volar hasta a unos 3.000 metros de altura y alcanzar una velocidad máxima de 150 km/h. Sin embargo, en su vuelo récord solo alcanzó unos 55 km/h.

La Flyboard Air se propulsa con aire y tiene una autonomía de unos diez minutos. El prototipo tiene ya cuatro años de desarrollo. Tiene cuatro motores de 250 caballos, y el combustible que los alimenta va en la mochila que debe portar el piloto. Dos motores adicionales, laterales, mantienen la estabilidad de la “aerotabla”.



Kambó: qué es y para qué se usa el veneno de rana


La sustancia fue secuestrada en un operativo en el que se desbarató una banda narco; es usada desde hace siglos por diversas tribus del amazonas para purgar el cuerpo y limpiarlo de toxinas.


Hace unos días, la Policía Federal desbarató una organización acusada de comercializar drogas sintéticas y estupefacientes elaboradas a base de hongos, cactus y veneno de ranas. Esta última sustancia se llama kambó que es usada desde hace siglos por diversas tribus del amazonas para purgar el cuerpo y limpiarlo de toxinas.

Se aplica a través de una quemadura en la piel y produce intensos efectos que incluyen vómitos, sudor, taquicardia, pérdida de control de esfínter, mareos y dolor abdominal, que se extienden por 15 minutos. Recién pasadas las 24 horas se experimenta un aumento de la energía física. Los efectos que produce la secreción de la rana no son psicoactivos ni visionarios y su empleo es exclusivamente terapéutico.


Su uso en Sudamérica

El uso de kambó con presuntos objetivos terapéuticos se está extendiendo a nivel internacional y sobre todo en Sudamérica, con la promesa de curar todo tipo de enfermedades. Aunque científicos advierten que ninguno de los beneficios que se le atribuye está probado científicamente y que en algunos casos su uso podría ser fatal.

La sustancia que secreta la Phyllomedusa bicolor, también conocida como rana kambó o rana mono grande, es utilizada por el anfibio para defenderse de los depredadores. Esta rana, de un brillante color verde, vive principalmente en la selva del estado de Acre, en el noreste de Brasil y también en otros países amazónicos, como Bolivia, Colombia, Guyana, Perú y Venezuela.


Rito y tradición

Los katukinas, kaxinawás y ashaninkas, entre otros grupos indígenas de Brasil, han utilizado kambó en rituales para reforzar el sistema inmunológico. Para ello cazan la rana tras seguir sus cantos, la inmovilizan atándole sus cuatro extremidades, y le retiran la secreción rascándole la espalda con una espátula. Y más recientemente, chamanes occidentales empezaron a replicar las ceremonias en entornos urbanos.

Para que surta el efecto prometido, el interesado debe acudir a la sesión en ayunas. Allí tomará hasta tres litros de agua, mientras el chamán le realiza una serie de quemaduras superficiales en forma de puntos. En la pantorrilla en el caso de las mujeres y en los brazos o en el pecho en los hombres.

Sobre esas leves heridas abiertas aplicará después la sustancia extraída de la rana que, al haber sido combinada con agua y secada sobre una tabla de madera, es ya una pasta blanquecina. La dosis- el número de puntos- y la periodicidad de la aplicación depende de la edad y la constitución de la persona, así como del número de veces que haya utilizado antes la sustancia, explican los chamanes.


Advertencias

Científicos advierten que ninguna de las propiedades ni "milagros" que se le atribuyen a la sustancia está científicamente probados. "Es sabido que el veneno de la Phyllomedusa tiene péptidos con una potente actividad agonista opioide, como las deltorfinas y las dermorfinas, por lo que la sensación de bienestar experimentada por los usuarios de kambó puede deberse a ellas", dice Leonardo de Azevedo Calderón, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, uno de los principales centros de investigación sobre salud pública del mundo.

Se trata, pues, de una reacción biológica momentánea a estos químicos, según el doctor en biomedicina. El especialista va más allá y habla de riesgos: "En mi opinión, la aplicación del kambó no es una práctica segura, las Phyllomedusas bicolor jóvenes son similares a otras Phyllomedusas adultas con secreciones cutáneas tóxicas", explica. Por último, el especialista advierte: "Así, los chamanes inexpertos pueden administrar el veneno equivocado y los usuarios sufrir efectos secundarios peligrosos".


Una inyección que reconstruye los vasos sanguíneos


Probada con éxito en ratones, esta nueva terapia regenerativa es una esperanza para los diabéticos aquejados de graves complicaciones vasculares.

Más de 27 millones de personas en el mundo sufren la enfermedad arterial periférica (EAP), una obstrucción de los vasos sanguíneos externos al corazón, generalmente los que irrigan piernas, brazos y órganos situados debajo del estómago. Esta dolencia afecta con especial virulencia a los diabéticos, y, a menudo, la gravedad de la EAP no deja otra alternativa que la amputación de algún miembro.

Últimamente, las investigaciones para tratar esta dolencia han puesto el foco en un grupo de proteínas agrupadas bajo el nombre de factor de crecimiento, que en condiciones normales se encargan de construir nuevos vasos sanguíneos cuando está creciendo un tumor o el organismo trata de curar una lesión. 

El problema es que esta terapia regenerativa no funciona muy bien con humanos, ya que la diabetes elimina otra proteína, denominada sindecán-4, sin la cual el factor del crecimiento pierde toda su eficacia. Para solucionarlo, un grupo de investigadores dirigido por Aaron Baker, profesor de biotecnología de la Universidad de Austin en Texas, ha creado un gel que combina las dos sustancias y lo ha probado en ratones diabéticos que sufrían casos avanzados de enfermedad arterial periférica con resultados muy prometedores: la inyección regeneraba el 85% de sus vasos sanguíneos dañados. Ahora, los científicos repetirán el experimento con animales más grandes.


El pasado mes de marzo, otro grupo de investigadores de la Universidad de California hizo público su trabajo con otro gel inyectable para tratar la EAP, esta vez compuesto esencialmente por la matriz extracelular (es decir, el material de los tejidos que actúa como una especie de pegamento para las células) procedente de músculos. Según indican en la revista Journal of the American College of Cardiology: Basic to Translational, los ratones que recibieron el gel experimentaron una recuperación importante tanto de la circulación de la sangre como del tono muscular en el miembro afectado.


Las plantas más raras del planeta


El mundo vegetal es verdaderamente insólito, y como prueba aquí les presentamos cuatro de las plantas más raras que existen.

Rafflesia arnoldii: Conocida como ‘la flor de la podredumbre’ es una planta que parasita a un tipo de parra en las selvas de Sumatra e Indonesia  y es una de las tres flores nacionales de este país. Es la flor más grande conocida: puede llegar a un metro de diámetro y pesar 11 kilos. No posee ni hojas, ni tallo, ni raíces, luego no realiza la fotosíntesis, y su olor… mejor mantenerse alejado, de ahí su sobrenombre. Cómo han sido capaces de sobrevivir hasta ahora es un enigma que está sin resolver.

Welwitschia mirabilis: Descubierta en 1859 por el botánico austríaco Friedrich Welwitsch (de ahí su nombre) es endémica del desierto de Namibia y está considerada por algunos como un fósil viviente. Lo más significativo es su longevidad: puede llegar a vivir dos milenios. Solo tiene dos hojas que no dejan de crecer durante toda la vida de la planta, aunque no suelen superar los 15 metros. 



Wolffia arrhiza: Es la planta más pequeña del planeta: pesa 0,5 gramos y su diámetro oscila entre 8,8 y 1,3 milímetros, lo que hace que una docena de ellas quepa cómodamente en la cabeza de un alfiler. Acuática, es originaria de Malasia y Australia. Son en un 40% proteína, lo que las coloca al mismo nivel que la soja, y por eso se utiliza como alimento. 


Pennantia baylisiana: Descubierta en 1945, es endémica de los Tres Reyes, un conjunto de 13 islas situado a 55 km de la isla norte de Nueva Zelanda. Su rareza estriba en que sólo se conoce –o existe- un ejemplar, que vive en una ladera pedregosa de la cara norte de la Gran Isla del citado archipiélago. Se cree que es un árbol hembra, pero es algo que aún es motivo de discusión. Se ha intentado multiplicarlo, todavía sin éxito: la planta llega a la madurez después de una década, si sobrevive a las inclemencias del clima.


El misterioso efecto Mpemba


Agarrá dos cubeteras: en una de ellas ponés agua a 95º C y en la otra agua a 50º, después las metés en el congelador al mismo tiempo ¿Cuál de las dos se convertirá en hielo antes?


Si te guiás por tu sentido común, errarás. Ni se congelarán a la vez ni lo hará primero la de 50ºC: la primera en congelarse será la más caliente. Éste es el efecto Mpemba, en honor al joven tanzano que lo descubrió mientras hacía unos helados en 1969.

Todo tiene que ver con el superenfriamiento: a veces el agua no solidifica a 0ºC y se mantiene líquida incluso a –20ºC. En estas extrañas condiciones, cuando se produce la congelación se verifica a una velocidad mucho mayor que la normal.

El agua caliente es más proclive a superenfriarse por un curioso motivo: cuanto más caliente está, menos burbujas de gas contiene. ¿Y qué tiene que ver esto con la congelación? Pues que las burbujas actúan como "agarraderos" para que las moléculas de agua empiecen a orientarse y formar la estructura cristalina del hielo. Cuantos menos "agarraderos" tenga el agua, más fácil es que se mantenga líquida por debajo del punto de congelación.


También hay que tener en cuenta que el hielo flota en el agua líquida: un lago congelado lo está en su parte superior, y la capa de hielo va creciendo hacia el fondo. Esta capa aísla al resto del agua del aire frío, lo que hace que se congele más lentamente. Sin embargo, en el caso del agua superenfriada, como toda está a una temperatura por debajo de cero, cuando comienza la congelación esta se produce de golpe, con lo que gana la partida a la masa de agua que se convierte en hielo por el camino normal.



© carlitosber.blogspot.com.ar, Mayo 11 MMXVI
Permitida su copia, plagio o reproducción sin citar la fuente.
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FUENTES:

http://www.clarin.com/sociedad/Volver-Futuro-frances-volo-aerotabla_0_1574842576.html
http://www.muyinteresante.es/naturaleza/fotos/las-plantas-mas-raras-del-planeta/pennantia-baylisiana
http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/una-inyeccion-que-reconstruye-los-vasos-sanguineos-311462955642
http://www.lanacion.com.ar/1897607-los-7-peligros-que-pueden-causar-una-catastrofe-de-alcance-global
http://www.lanacion.com.ar/1897389-kambo-que-es-y-para-que-se-usa-el-veneno-de-rana
http://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/el-misterioso-efecto-mpemba-441462969801

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